domingo, 7 de agosto de 2011

¿Por qué sin apología?

Cuando se logra entender que la creación de Dios es diversa; que a algun@s l@s creó heterosexuales y a otr@s los creó o gay, lesbianas, bisexuals o transgéneros (LGBT), entonces no hace falta apología para luchar por justicia. ¿Y a qué me refiero por lo que es justo? 

Al hablar de todos los issues que afectan a un individuo que se identifica en alguna de las catergorías de la comunidad LGBT, las injusticias son innumerables. Desde que se logra valor para comunicar a miembros de la familia que no se es heterosexual, las críticas, el rechazo, las expresiones de menosprecio y repudio vienen a formar parte de una jornada muy dolorosa. Si a eso le sumamos que toda esta opresión y ostracismo puede estar influenciada por una interpretación errónea de las Escrituras Sagradas y que se hace creyendo que se está ¨agradando a Dios¨ al rechazar lo que se entiende por pecado, se está dando un mensaje de odio que no ha estado en la intención de Dios en ningún momento. 

Por eso muchas personas LGTB no pueden acercarse a Dios porque no pueden ver a Dios como amor cuando ¨en su nombre¨ se le ha hecho tanto daño. Por otro lado much@s prefieren vivir vidas reprimidas, internalizando la homofobia y el odio, dejando una secuela en su salud mental, sufriendo de baja autoestima, quizás depresión y hasta pocos deseos de vivir. 

He visto gente gay nacida y criada en la iglesia internalizando el rechazo explícito que se predica desde los púlpitos, y a la misma vez amando a Dios de todo corazón, más a la hora de expresar su orientación sexual y decidir amar libremente a otra persona les duele grandemente tener que decidir entre su deseo de amar a otro ser humano y crear una familia o permanecer en su comunidad de fe. ¿Es acaso esto justo? Claro que no lo es. ¿Es acaso necesario tener apología para reclamar justicia? Me parece que no. Por eso en este blog sin apología, me propongo discutir ampliamente el tema de la homosexualidad y la Biblia. Esto lo haré con el objetivo de probar que la homosexualidad no es ni pecado ni una enfermedad.

Sin apología, tengamos en mente lo siguiente:
  1. Muchas personas no han hecho un estudio cuidadoso (habiendo orado a Dios) para analizar el texto bíblico que es muchas veces utilizado para condenar la creación gay, lésbica, bisexual y transgénera de Dios.
  2. Históricamente, la malinterpretación de la Biblia de muchas personas ha dejado una secuela de sufrimiento, actos sangrientos y hasta muerte en crímenes de odio y/o suicidios.
  3. Podemos abrirnos a ver una nueva verdad en la Escritura.
  4. La Biblia es un libro acerca de Dios –no un libro de sexualidad humana.
  5. Cuando empleamos tanto tiempo debatiendo lo que la Biblia dice sobre el sexo, perdemos lo que en realidad dice sobre Dios.
  6. Los autores bíblicos no mencionan nada acerca de homosexualidad como orientación sexual tal y como la conocemos hoy; ni la aprueban, ni la condenan.
  7. A pesar de que ni los profetas, ni Jesús, ni ningún otro autor bíblico habla acerca de la homosexualidad como orientación sexual tal y como lo conocemos hoy, ellos están claros en una misma cosa: mientras estemos en busca de la verdad, debemos AMARNOS UN@S A OTR@S.
  8. Cualquiera sea la creencia de la gente, de lo que la Biblia dice sobre la homosexualidad, tales creencias no deben ser utilizadas para negar a las personas homosexuales sus derechos civiles básicos. Discriminar en contra de minorías sexuales es injusto, inhumano y va en contra de la constitución.
Con este preámbulo en mente, me dispongo a compartir poco a poco un análisis de los textos conocidos como los textos de terror. Estos son los textos que han sido mal interpretados para condenar la homosexualidad. Pendientes a lo que está por venir aquí, sin apología. 

Que Dios nos bendiga y nos permita ver nueva luz, con un mensaje claro de amor inclusivo y afirmativo. Que abra nuestros corazones a la compasión y al amor a aquellas personas que aún no podemos entender. 

Oremos: 
Dios Santo,
Tú nos has llamado a dar un paso al frente 
fuera de una vida cómoda,
a las dificultades e incomodidades de la lucha por la justicia.
Danos el valor para responder con fe,
viviendo con la compasión y la valentía de Jesús,
Aquel que nos toma de la mano y nos aleja de las distracciones
que retardan la libertad de una nueva vida
Por el poder de tu Espíritu que nos sostiene. Amén.

En amor a la justicia, sin apología,
Dámaris

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