sábado, 2 de julio de 2016

“Tú me formaste en el vientre de mi madre…” (Salmo 139:13)

Me han dicho muchas veces
que soy una obra imperfecta, que soy anormal,
que me he desviado, que vivo en perversión,
que soy una abominación a tus ojos,
mi Dios creador.
Me han lastimado con esas frases
y muchas más que no me atrevo a contarte.
Me han herido con insultos, desprecios,
maltratos, golpes, negaciones, vejaciones…
Una, diez, cien veces me han matado.
Y en cada ocasión, miles aplaudían
y otros miles callaban,
incluso quienes se dicen tus hijos e hijas.
Me han odiado y me odian
por tratar de vivir libre, honesta y abiertamente
mi sexualidad.
En tu nombre me han condenado,
en tu nombre me han expulsado,
en tu nombre me han discriminado.
Y en tu nombre han cometido
toda clase de atrocidades
con quienes no queremos
que nos encierren en ningún closet.
Pero yo sé, materno Dios,
que tú me formaste
en el vientre de quien me dio la vida.
Maravillosamente me hiciste
y en tu corazón me pensaste gay.
A tu imagen y semejanza me hiciste:
lesbiana, gay, homosexual.
No hay ningún pecado
en vivir conforme a tu designio amoroso,
de acuerdo a tu perfecta obra en mí.
Quienes me odian y me condenan,
te odian y te condenan a ti;
quienes me lastiman y me matan,
te lastiman y te matan a ti;
quienes me miran y se burlan y me insultan,
se burlan de ti y te insultan a ti.
Yo te doy gracias, Dios de lo diverso,
porque me pensaste y me hiciste
tal como soy, a tu propia imagen.
“Te alabo porque estoy maravillado,
porque es maravilloso lo que has hecho.
¡De ello estoy bien convencido!” (Salmo 139:14)
Pastor Gerardo Carlos C. Oberman