viernes, 23 de marzo de 2012

¡Yo tengo religión y tengo conciencia!

El fin de semana pasado asistí a un taller para miembros del cuerpo ministerial de la Iglesia Unida de Cristo (UCC) en la Asociación de New Jersey, en la que discutíamos el futuro de la Iglesia como institución. Para que la discusión fuera completa, tuvimos que mirar la manera en que la Iglesia se ha pronunciado ante diferentes asuntos que afectan la vida de nuestra comunidad como colectivo y la vida de individuos que por alguna razón u otra pertenecen a grupos minoritarios por razón de género, etnicidad, religión, orientación sexual, alineación políticia, etc.

Ser cristian@ hoy día, cuando la Iglesia Cristiana (de cualquier denominación), ha desarrollado una reputación a través de los siglos de ser opresora, de ser responsable de discriminación, de ser responsable de la muerte de miles, y de representar los intereses de pocos sobre muchos no es tarea fácil. Especialmente cuando cada día más y más personas se manifiestan ate@s o simplemente expresan ser espirituales pero no religios@s, por no querer formar parte de la Iglesia como institución, como es el caso de la famosa autora Anne Rice, quien se pronunciara públicamente renunciando a ser cristiana hace algunos años atrás. (Para ver el video, ve a este link: http://youtu.be/l5Wb5CnYrmA

Aunque yo puedo entender por qué hay mucha gente que no quiere saber de la religión organizada, ni asociarse con iglesia alguna por las muchas razones que existen, debo confesar que como mujer de fe cristiana con una conciencia de justicia social me siento entre la espada y la pared. Me da mucha vergüenza que la Iglesia no pueda seguir el ejemplo de Jesús. Su ministerio revolucionario era compasivo; queriendo establecer un nuevo orden de justicia social, alineándose con l@s pobres, las mujeres, l@s enferm@s, l@s immigrantes, en fin, las minorías. 

Me da coraje que el fundamentalismo y la rigidéz de muchas personas religiosas continuen dándole una mala fama a la Iglesia cuando ésta sigue insistiendo en intervenir en asuntos del estado, forzando la desaparición de la separación de estado e iglesia. ¿Es acaso la Iglesia en su estado total y absoluto responsable de esto? No, absolutamente no. Sólo de algunos pocos en poder. Por eso la generalización puede ser injusta, porque yo misma me considero parte de la iglesia y no estoy de acuerdo con lo que lamenteblemente se hace más visible.

Si yo me pronuncio diciendo que todas las mujeres que se visten de forma sexy están pidiendo que las violen, estaría afirmando una atróz y vil mentira, y estaría promoviendo prejuicios basados en esteriotipos. Si yo digo que toda persona immigrante es criminal en su país de origen y que vienen a este país a huír de la ley y a robar los empleos de la gente nativa, nuevamente estaría  promoviendo odio, rechazo, ignorancia y sobre todo, estaría siendo inhospitalaria. Si yo digo que toda persona que tiene SIDA se lo merece por tener sexo sin protección o por hacer drogas compartiendo jeringuillas, estaría siendo totalmente déspota, y estaría ignorando por completo el llamado de Jesús a amar y el mandamiento de no juzgar, porque no es mi lugar como persona. Si yo digo que toda persona gay, lesbiana, bisexual o transgénero es una persona que vive una vida desordenada y promiscua, nuevamente estaría promoviendo esteriotipos basados en mentiras. Yo no puedo hacer semejantes aseveraciones porque no son justas, no son verdad, no representan la compasión y el amor de Dios, y punto. 

Tampoco puedo aceptar la generalización de que quien tiene fe religiosa es una persona sin conciencia que acepta todo por hecho. Responsablemente creo que la vida de fe debe hacer sentido no sólo en el corazón, sino también en la cabeza. ¡Es posible tener fe y tener conciencia de justicia social! Es totalmente inaceptable que la Iglesia como institución siga dándole una mala reputación a la vida cristiana que Jesús nos dejó con su ejemplo. También es inaceptable ser blanco fácil de expresiones de insulto que afirman que quien tiene fe, no tiene conciencia. 

¡Que la Iglesia se ponga pa' su número cambiando la mala reputación! y que se dejen las generalizaciones porque yo conozco much@s cristian@s siguiendo el ejemplo noble y bondadoso de Jesucristo. ¡Yo tengo religión, y tengo conciencia!

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